shuhari (Japones) 守破離

El término shuhari proviene del ámbito de las artes marciales japonesas y refleja el proceso que debe atravesar un estudiante que se inicia en una disciplina marcial hasta llegar a ser un maestro con profunda comprensión. Aunque se asocia principalmente con las artes marciales, el concepto de shuhari ha sido adoptado en muchos otros campos, desde las artes hasta el desarrollo empresarial. 

  • Shu (守): Proteger, seguir las reglas: En esta etapa inicial, el aprendiz sigue estrictamente las enseñanzas del maestro y las reglas establecidas. Es un período de imitación y disciplina donde se busca dominar lo básico y fundacional sin desviaciones. El estudiante no se cuestiona las reglas, sino que las respeta completamente para adquirir la base sólida de la práctica. 
  • Ha (破): Romper, desviarse: Después de haber internalizado los fundamentos, el alumno comienza a experimentar y explorar variaciones dentro de las reglas. En esta etapa, el estudiante empieza a cuestionar lo aprendido, a modificar las prácticas y a descubrir su propio estilo o forma dentro de la disciplina. Aquí es donde el individuo empieza a aplicar su creatividad y adaptación, ampliando su comprensión. 
  • Ri (離): Separarse, trascender: Finalmente, el estudiante alcanza un nivel de maestría donde ya no sigue las reglas ni los límites establecidos. Se ha integrado la esencia de lo aprendido y puede operar con libertad, más allá de las estructuras. La forma o técnica en sí deja de ser el foco, y el alumno se conecta profundamente con el principio subyacente de la práctica, como la fluidez, la espontaneidad o la intuición.

El shuhari no solo se trata de aprender y practicar habilidades técnicas, sino también de adoptar una mentalidad que permita la evolución y la auto-superación. Implica un enfoque equilibrado entre el respeto a las tradiciones (shū), la experimentación consciente (ha), y la transcendencia y maestría intuitiva (ri). Esta progresión también refleja un ciclo de aprendizaje continuo, donde el proceso nunca se detiene y siempre hay espacio para la evolución y el refinamiento. 

Podemos observar similitudes significativas con las etapas de adquisición de prajna (sabiduría o comprensión profunda) dentro de las enseñanzas budistas, particularmente en la tradición del Zen. Ambos procesos comienzan con una obediencia externa (ya sea a las reglas del arte marcial o a las enseñanzas budistas), luego pasan a un período de interiorización y experimentación, y finalmente se alcanza un entendimiento profundo e intuitivo. Tanto en shuhari como en prajna, la sabiduría no es solo intelectual, sino vivencial. En ambos casos, el estudiante pasa por un proceso de transformación en el que el conocimiento se internaliza hasta convertirse en algo intuitivo y espontáneo.

Mientras que shuhari habla de trascender las formas y reglas externas en la etapa final, en prajna esto se corresponde con la realización de la naturaleza última de la realidad, que no puede ser descrita por palabras o conceptos. Ambos implican llegar a un nivel donde la forma o el sistema previamente enseñado ya no es necesario, porque el entendimiento es tan profundo que se va más allá de las estructuras rígidas.

 

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