Shǒu yī (Chino) 守一 (J. Shū-ichi)
Shou-I se traduce habitualmente como "Preservar al Uno" o "Guardar el Uno". Refleja no solo un estado de conexión con el Dao (道) o la unidad primordial, sino también un proceso de mantenerse en esa unidad y armonía, independientemente de las distracciones o perturbaciones de la vida cotidiana. El término "preservar" implica una acción activa de sostener, cuidar y proteger esa unidad interior.
Aunque "Preservar el Uno" (Shou-I) es en ocasiones solo un sinónimo de concentración, en general indica que uno debe unificar los diferentes componentes de la persona humana. La naturaleza humana está compuesta de tres principios: Jing (精) (esencia), Qi (氣) (energía) y Shen (神) (espíritu) que se entienden finalmente como tres manifestaciones de Qi en diferentes niveles de sutileza. Es necesario "reunir los tres en uno"1.
La meditación es una de las prácticas más importantes para alcanzar el estado de Shou-I. A través de la meditación, se busca calmar la mente, liberar las emociones y concentrarse en el Dao. El proceso meditativo ayuda a evitar que la mente se disperse en pensamientos y deseos mundanos, permitiendo al practicante estar presente y en sintonía con la unidad primordial.
Por otro lado, siguiendo el principio wu-wei (無為) se busca alinearse con el curso natural de los eventos, sin tratar de manipular la realidad de manera egoísta o forzada. Esto lleva a una vida más fluida, donde el individuo no se separa de la armonía cósmica.
Preservar el Uno también implica cultivar y proteger el Qi, asegurándose de que fluya libremente y esté equilibrado en el cuerpo. Las prácticas de ejercicios de Qi Gong son especialmente útiles para lograr este equilibrio energético, ya que ayudan a armonizar la energía del cuerpo con la naturaleza.