La obra "Jujushinron" (十住心論), escrita por Kukai (774-835), también conocido como Kobo Daishi tras su muerte, fue encargada por el emperador Jun'na (823-833), quien pidió a cada escuela budista que presentara un tratado sobre los principios de sus enseñanzas. Es un tratado filosófico y espiritual en el que Kukai describe el camino hacia la iluminación a través de diez etapas de la mente (十住心, "jujushin"), basándose en conceptos budistas y en las enseñanzas esotéricas que él introdujo en Japón.
Inicialmente tenía 75.000 caracteres chinos, pero luego lo condensó a una quinta parte de su longitud, bajo el título La Llave Preciosa al Tesoro Secreto. En sus palabras, Kukai describe los diez estadios de la mente como un camino de ascenso, dejando atrás la oscuridad y buscando la luz. Estos estadios representan el desarrollo de la mente desde el estado más bajo hasta alcanzar la unión con la Mente del Buddha Cósmico Mahavairocana.
Primer Estadio: La Mente de los Profanos que son como Ovejas
Este estadio representa la mente de un ser humano que, en su ignorancia, no distingue entre el bien y el mal. Es comparada con la mente de una cabra, que actúa de manera impulsiva y sin reflexión. Este ser no cree en la ley de causa y efecto y está atrapado en una vida de transmigración, recibiendo diferentes formas de existencia sin comprender la naturaleza del sufrimiento o del karma. Su ignorancia es total y su mente está oscurecida.
Segundo Estadio: La Mente Ignorante del Niño tonto que se Abstiene
Aunque todavía ignorante, la mente comienza a dar señales de despertar. En este estadio, el individuo es como un niño que, aunque no comprende completamente, muestra cierto esfuerzo por mejorar. Se siente atraído por la práctica de la virtud, como moderar sus deseos y hacer actos de caridad. Este estadio es un punto de transición, donde la luz del Buddha empieza a brillar sobre el individuo, guiándolo hacia un camino de automejoramiento.
Kukai equipara este estadio de la mente con el del Confucianismo.
Tercer Estadio: La Mente con la Valentia de un Bebé
Aquí, el individuo comienza a rechazar el mundo material y busca una existencia más elevada, como el deseo de renacer en el cielo. Sin embargo, sigue siendo comparado con un niño o un ser inmaduro, ya que su aspiración es aún incompleta. Aunque el deseo de escapar del sufrimiento es evidente, este estadio representa una mente que aún carece de sabiduría profunda, enfocándose solo en escapar del samsara (el ciclo de nacimientos y muertes) sin una comprensión completa de la naturaleza de la existencia.
En este estadio Kukai, con una visión moldeada por una profunda reverencia y amor por todo lo natural (muy propia del preshinto y del sintoísmo), engloba a las tradiciones espirituales que "aumentan su aversión por el mundo de abajo y su anhelo por el mundo de arriba". Este estadio de la mente es equiparable al de diferentes escuelas hinduistas, del taoísmo popular y del budismo, que enfatizan el renacimiento en el cielo.
Cuarto Estadio: La Mente que Reconoce los Skandhas, pero No el Ego Permanente
En este estadio, el individuo empieza a reconocer la naturaleza transitoria de los componentes psíquicos y físicos de la existencia (los skandhas: forma, sensación, percepción, formaciones mentales y consciencia), pero aún no comprende la ausencia de un "yo" permanente. Está consciente de que las cosas cambian, pero no ha llegado a entender la vacuidad, la idea de que no hay un ego fijo ni permanente. A pesar de esto, comienza a reconocer la naturaleza provisional de las enseñanzas del Buddha y la necesidad de no aferrarse a ellas como si fueran la verdad última.
Éste es el estado en el que se comprenden las Cuatro Nobles Verdades, de modo que surge la aspiración de alcanzar el Nirvana.
Quinto Estadio: La Mente Liberada del Karma
Este estadio está asociado con los pratyekabuddhas, aquellos que buscan la liberación en solitario, alejados de la sociedad. La mente comienza a liberarse de la semilla del karma, entendiendo la causalidad y la transitoriedad de todas las cosas. Este individuo medita sobre las Doce Condiciones de la Causación y se aleja del mundo material, buscando la liberación en un entorno aislado. Aunque han alcanzado una cierta forma de liberación, su incapacidad para transmitir el Dharma a otros significa que el budismo podría extinguirse si se siguiera exclusivamente este camino.
Sexto Estadio: La Mente Mahayana con Preocupación por los Otros
En este estadio, el individuo se convierte en un bodhisattva, alguien que busca la iluminación no solo para sí mismo, sino para todos los seres sintientes. Desarrolla una compasión infinita y, a través de la meditación, se enfoca en la mente colectiva de todos los seres. En lugar de estar preocupado únicamente por su propia salvación, se dedica a liberar a los demás del sufrimiento. Este estadio es crucial en el camino del Mahayana, donde la sabiduría y la compasión se combinan para transformar el mundo.
Séptimo Estadio: La Mente que Reconoce la Vacuidad
En el séptimo estadio, el practicante alcanza una profunda comprensión de la vacuidad (sunyata). Aquí, el individuo comprende que todas las cosas son vacías de un ser intrínseco y que la existencia misma es interdependiente.
El gran espacio, siendo vasto y tranquilo, abraza todos los fenómenos dentro de sí mismo; el gran océano, siendo profundo y sereno, contiene en una sola gota de agua mil seres. Así como el número cardinal uno es la madre de ciento un mil, así también el vacío es la raíz de todos los seres relativos; sin embargo, el universo está lleno de seres. Lo que es absolutamente vacío [la Talidad] no está vacío; sin embargo, se manifiesta como una variedad de fenómenos y no está fijo en ninguna parte. La materia, que no es diferente del vacío, se despliega como todas las existencias fenoménicas; sin embargo, es de la naturaleza del vacío. El vacío, que no es diferente de la materia, anula todas las marcas de particularidad; sin embargo, se manifiesta como una variedad de seres temporales. Así, la materia no es otra cosa que el vacío, y el vacío no es otra cosa que la materia
Kobo Daishi 弘法大師
El concepto de vacío no es una negación de la existencia, sino el reconocimiento de que nada tiene una esencia fija o separada. En este estadio, la mente se da cuenta de que la vacuidad es la base de toda manifestación, y que la dualidad entre sujeto y objeto, entre mente y mundo, es ilusoria. Esta etapa, entonces, se identifica con la filosofía Madhyamaka de Nagarjuna.
Octavo Estadio: La Mente del Camino Único de la No-Acción
Aquí, el practicante comprende que la vacuidad no es una abstracción distante, sino que se manifiesta en la vida cotidiana y en los fenómenos del mundo. La mente se alinea con las enseñanzas de la escuela Tiantai (Tendai en japones), que sostiene que la vacuidad se experimenta dentro de la existencia convencional. El practicante ahora ve la realidad en su totalidad, donde las formas y fenómenos materiales son expresiones de la verdad última.
El sistema Tendai, se centra en el concepto de "no-acción" (ichido-mui) y la vacuidad (kūtai). En este contexto, la "Mente del Camino Único de la No-Acción" representa una etapa avanzada de desarrollo espiritual, en la que la mente se purifica y se muestra como un loto, simbolizando claridad y pureza, tal como se describe en el Saddharma-puṇḍarika-sutra.
En la séptima etapa, se establece la no-dualidad entre la mente y los dharmas (los elementos fundamentales de la existencia). Aquí, la mente se percibe como vacía y solo puede ser descrita mediante las ocho negaciones, un enfoque que subraya la vacuidad inherente a todas las cosas. Sin embargo, se plantea una paradoja: si todo es vacío, ¿cómo es posible que el mundo fenomenal parezca existir? Para resolver esta contradicción, la doctrina Tendai introduce tres categorías fundamentales de dharmas:
- Vacuidad (kūtai): La idea de que todo es vacío y carece de existencia independiente.
- Existencia Provisional (ketai): Las cosas parecen existir, pero esta existencia es provisional y dependiente de otras causas.
- Existencia Intermedia (chūtai): Este concepto se refiere al Camino Medio, que se sitúa entre la vacuidad y la existencia provisional, representando un balance entre ambas.
Aunque todos los dharmas surgen de la interdependencia causal, y por lo tanto son vacíos, su existencia no puede ser negada ya que son experimentados en el mundo fenoménico. Por eso, la doctrina Tendai les otorga una existencia provisional. La Realidad última no es la vacuidad en sí, sino que la existencia y la vacuidad son dos aspectos de la misma realidad no-dual. Esta visión propone que lo que percibimos como formas o fenómenos en el mundo son, en última instancia, manifestaciones de la "Verdad de la Talidad" (tathatā), la cual refleja una comprensión profunda de la naturaleza interconectada y transitoria de todas las cosas.
Noveno Estadio: La Mente Exotérica que Reconoce su No Inmutabilidad
En este estadio, la mente se da cuenta de que la iluminación no es algo que se alcanza solo después de un largo esfuerzo, sino que ocurre en el momento en que se establece la intención de lograrla.
El excelente poder de la budeidad de un aspirante, en el momento en que fija su mente en la iluminación, es misterioso; todas las excelentes cualidades se manifiestan por primera vez, y la Mente Única se revela. Cuando esta mente es percibida, se llega a la conciencia de que el triple mundo [el mundo de los seres sensibles, el mundo de la materia y el mundo de los Buddhas perfectamente iluminados] es su cuerpo y que el universo entero es también su Mente
Kobo Daishi 弘法大師
La mente reconoce que el universo entero es su cuerpo y que la totalidad de los seres y las cosas están interconectados. Este estadio se asocia con el budismo exotérico, especialmente vinculado a la enseñanza del Sutra Avatamsaka (también conocido como Sutra de la Guirnalda de Flores), central en la escuela Kegon (o Huayan en chino), que ve la realidad en términos de interdependencia, y considera que el momento de despertar puede ocurrir en cualquier instante, a medida que la mente se alinea con la verdad universal.
Él [el Buddha] iluminó a aquellos cuya aptitud era elevada con la doctrina de la no dualidad de la mente y el Buddha. Enseñó que el tiempo infinito está en un momento y que un momento está en el tiempo infinito; que uno está en muchos y que muchos están en uno, que lo universal está en los particulares y que los particulares están en lo universal. Ilustró esta relación infinitamente interdependiente del tiempo y el espacio con el símil de la red de Indra y con la interfusión de los rayos de las lámparas encendidas.
Kobo Daishi 弘法大師
Para Kukai, las doctrinas del budismo Huayan, como se expone en el Sutra Avatamsaka y las obras de los maestros chinos Huayan Tu-shun (557-640) y Fa-tsang (643-712), fueron la culminación del budismo exotérico. Los seguidores del Sutra Avatamsaka llegan a una comprensión profunda de que todos los fenómenos del mundo, por más variados que parezcan, son manifestaciones interconectadas de una misma realidad última, y que estas manifestaciones no son vistas como casuales o arbitrarias, sino como transformaciones que ocurren dentro de este sistema interdependiente y esencialmente unificado.
Décimo Estadio: La Mente Gloriosa, Secreta y Sagrada
El décimo y último estadio representa la completa integración de la mente individual con la Mente universal del Buddha Cósmico Mahavairocana. La mente alcanza la comprensión más profunda de la realidad, reconociendo su unidad con el Dharmakaya, el Cuerpo-Mente sagrado de todos los seres.
La mente gloriosa, la más secreta y sagrada es, en última instancia, la realización de la propia mente en su fuente y la comprensión de la naturaleza de la propia existencia
Kobo Daishi 弘法大師
Este estadio implica la realización de que nuestra mente, en su esencia, es la misma que la del Buddha, y que nuestro cuerpo, en su existencia misma, está participando del Cuerpo-Mente universal. Aquí se alcanza el máximo nivel de sabiduría, donde la mente es completamente iluminada y unificada con la verdad última.
El décimo estadio de la mente es el Vajrayāna (kongo-jo), el Vehículo Diamante. Kobo Daishi dice que el "adorno de los misterios" (himitsu-shogon) es la culminación y la realización de todas las doctrinas. Es la revelación de los mandalas en la mente del sādhaka, quien reconoce plenamente la realidad de los dharmas fenomenales y ve que estos se interpenetran sin obstrucciones con el Cuerpo del Dharma de Mahavairocana. Ve que las diez mil existencias contienen las diez mil virtudes del mundo de los Buddhas.
El noveno estadio de la mente dio una expresión teórica a la identidad del ser y del Buddha, pero no la relacionó con un sistema integral de práctica; en el décimo estadio, el estadio de Shingon, la doctrina de la interpenetración de lo fenomenal y lo Real (riji-muge) se da una expresión práctica en rituales que identifican el cuerpo, el habla y la mente del ser con el Cuerpo, el Habla y la Mente del Buddha.
Fuentes:
- Kukai: Major Works - Yoshito S. Hakeda
- The Weaving of Mantra - Ryuchi Abé
- The Matrix and Diamond World Mandalas in Shingon Buddhism – Adrian Snodgrass
Sobre el autor:

David Quiroga
Estudio, experimento y escribo, intentando siempre seguir este orden. Explorador del equilibrio entre el cuerpo físico, energético y espiritual, con años de experiencia en terapias tradicionales. Practicante de artes marciales y técnicas de meditación asiáticas, encuentro en la naturaleza y la montaña mi refugio e inspiración.