Asentarse en el hara: un viaje de transformación existencial

Lectura estimada: 4 - 8 minutos

Asentarse en el hara es mucho más que una técnica física; es una forma de ser y estar en este mundo. Es un portal hacia una existencia más auténtica, más integrada y más conectada con el flujo natural de la vida.

La palabra hara (腹) en japonés se traduce principalmente como "abdomen". El concepto de "asentarse en el hara" es clave tanto en las tradiciones japonesas como en las prácticas daoístas. El hara se refiere a una zona específica ubicada aproximadamente tres dedos por debajo del ombligo, en la zona abdominal, y se considera el centro de la energía vital del cuerpo. Es un concepto que también está presente en el daoísmo y en muchas disciplinas relacionadas con el cuerpo y la mente, en las artes marciales, la meditación, o el Qi Gong.

Los colores ciegan el ojo.
Los sonidos ensordecen el oído.
Los sabores nublan el gusto.
Los pensamientos debilitan la mente.
Los deseos marchitan el corazón.
Por lo tanto, el sabio se enfoca en el abdomen (hara), no en los ojos.
(Pone su conciencia en el hara, no en los sentidos).

Lao tse - Tao Te Ching

El término hara es de uso común en el idioma japonés, y no solo en el contexto de la meditación o las artes marciales. En el japonés cotidiano, hara se usa principalmente para referirse al "abdomen" o la "barriga". Es una palabra funcional y se utiliza tanto en el habla diaria como en frases idiomáticas:

  • Hara ga hetta (腹が減った): Esta expresión se usa para indicar que tienes hambre. Literalmente, significa "mi abdomen está vacío" o "mi abdomen ha disminuido"
  • Hara ga itai (腹が痛い): Significa "me duele el abdomen" o "tengo dolor de estómago" 

Hay varias expresiones en japonés que utilizan la palabra hara en contextos más figurativos, reflejando tanto aspectos emocionales como físicos relacionados con el abdomen o el centro de gravedad:

  • Hara wo kurosu (腹をくくる): Tomar una decisión firme, decidirse a hacer algo a pesar de las dificultades. 
  • Hara ga tatsu (腹が立つ): Enfadarse, encolerizarse (literalmente "el abdomen se levanta").
  • Hara wo watte hanasu (腹を割って話す): Se refiere a hablar de manera completamente sincera y directa, sin ocultar nada, como si "rompieras" tu abdomen (metafóricamente) para mostrar lo que realmente hay dentro. .

El área del abdomen por debajo del ombligo tiene unas connotaciones más metafísicas y espirituales. Ge Tanden (下丹田, Xia Dantian en chino), por ejemplo, se refiere al centro energético situado en el abdomen inferior y se traduce literalmente como "Campo del Elixir" o "Campo del Cinabrio", una referencia alquímica usada extensivamente en la Medicina Oriental y las artes marciales para describir el lugar de transformación del jing 精 "la esencia", en Qi 氣 (ki en japones) "energía vital".1

Debajo del ombligo esta el movimiento de Qi entre los Riñones
Este es el Dantian.
El Dantian es la raíz de la persona,
el lugar donde el jing y el shen se encuentran.

Mr. Yang - Recopilación de comentarios del Nan Jing de Wang Jiu Si

El dantian es descrito en el clásico Nei Jing como "el movimiento de Qi entre los Riñones". La localización anatómica en el que se dice que realmente ocurre esta transformación energética corresponde al punto de acupuntura Ren6 Mar de Qi (Qihai 氣海), localizado tres dedos por debajo del ombligo, en la línea media siguiendo el curso del canal Ren o Vaso Concepción.

Más que un centro de energías, Qihai dantian es el centro del cual la energía emana.2 No es solo un lugar donde se concentra energía, como podríamos imaginar con un depósito o un centro pasivo. En realidad, es el origen de la energía, de donde esta emana hacia otras partes del cuerpo. Este punto no es simplemente un "almacén", sino que tiene la capacidad activa de generar, regular y distribuir la energía. La energía que emana de este centro vital fluye a través de los meridianos y mantiene el cuerpo y la mente en equilibrio. 

Hara es la fuente de la vida y también el origen de todas las enfermedades.

Yoshimasu Todo - Periodo Edo

En las medicina tradicional japonesa el abdomen juega un papel mucho más destacado que en la medicina tradicional china, en cuanto al diagnóstico y tratamiento. La técnica de palpación abdominal es uno de los métodos diagnósticos más utilizado en las terapias japonesas como el Shitasu o la Acupuntura. Al tocar el abdomen, se busca detectar anomalías en la temperatura, la textura, la dureza o el dolor localizado, lo que puede indicar desequilibrios en órganos internos. También se observa cómo se siente el abdomen al presionar ciertos puntos para obtener una imagen clara de la circulación del ki.

El hara como centro vital

El hara es el centro de gravedad del cuerpo, el lugar donde se concentran y equilibran las fuerzas internas que nos permiten actuar y movernos con fluidez. Este centro no solo está relacionado con la estabilidad física, sino también con nuestra manera de interactuar con el mundo, cómo nos posicionamos emocional y espiritualmente en la vida. En el contexto de las artes marciales, el hara es considerado el punto desde el cual emana la fuerza interior y la capacidad de acción. Los movimientos son guiados por la energía que surge de este centro, manteniendo la postura estable y el control mental en medio del movimiento.

El hara también está profundamente relacionado con nuestra interacción con el mundo exterior. El individuo no es una entidad aislada, sino que es parte de un flujo continuo de energía que conecta todo el universo. Este principio, conocido como el Dao, sugiere que para estar en armonía con el mundo exterior, es necesario primero estar alineado con nuestro hara, nuestro centro interno. La forma en que nos sentimos, pensamos y actuamos se ve profundamente influenciada por nuestra capacidad de estar conectados con este núcleo, lo que nos permite actuar de manera equilibrada, fluida y sin esfuerzo, como el flujo natural de las aguas de un río.

Karlfried Graf Dürckheim, un destacado filósofo y psicoterapeuta alemán influenciado por las tradiciones orientales, también destacó la importancia del hara como centro no solo físico, sino psíquico y espiritual. Para Dürckheim, el hara es el lugar donde la mente, el cuerpo y el espíritu se integran. "El orden espiritual, así como la tensión síquica, se reflejan siempre en el cuerpo. Por eso se puede decir que al centro de gravedad síquico corresponde el centro de gravedad del cuerpo."3

Él veía el hara como el punto de equilibrio fundamental desde el cual surgen las fuerzas internas que nos permiten vivir de manera auténtica y serena, sin las distorsiones del ego o de la mente dispersa. En sus escritos, Dürckheim subraya que, al conectar con el hara, la persona accede a una fuente de energía profunda que no solo nutre el cuerpo, sino que también proporciona claridad mental y fuerza emocional. 

La pérdida de conexión con el hara lleva a una fragmentación interna, donde la persona se ve arrastrada por las distracciones externas y las tensiones internas. La re-conexión con este centro es un paso esencial hacia la integración del ser, donde el individuo puede actuar desde un lugar de verdad y coherencia, y de este modo, interactuar con el mundo de una manera más armoniosa y auténtica. 

En la actualidad, muchas personas experimentan una pérdida de conexión con el hara, debido en gran parte a las exigencias de la vida moderna, el estrés constante y el enfoque excesivo en la mente y las preocupaciones externas. Vivimos en un mundo saturado de estímulos que constantemente nos distraen y adormecen, desviando nuestra atención de lo esencial y fragmentando nuestra conciencia. Esta sobrecarga sensorial y mental nos aleja de nuestro centro vital, sumiéndonos en un estado de desconexión que afecta tanto nuestra estabilidad emocional como nuestra capacidad para estar plenamente presentes en el momento. Esta desconexión puede manifestarse en una sensación de falta de dirección, ansiedad, desequilibrios emocionales y físicos, e incluso una desconexión con la propia identidad.

Esta desconexión la encontramos también en las artes marciales, ya que en muchos casos se da una excesiva prioridad a factores externos, como la técnica, la competitividad o el rendimiento físico, en detrimento de la conexión interna y la armonía energética. Esta conexión interna no tiene que ser usada como excusa en la falta de realismo y autenticidad del arte, sino todo lo contrario, nos tiene que conectar más con la realidad y con el entorno. 

Recuperar la conexión con el hara es vital para restaurar el equilibrio interno y fortalecer nuestra capacidad de responder al mundo de manera auténtica y equilibrada. Al re-conectar con este centro energético, no solo restauramos la estabilidad física y emocional, sino que también accedemos a una fuente profunda de energía y claridad mental, lo que nos permite actuar con mayor propósito y vivir de manera más plena. 

Sobre el autor:

Foto David bW

David Quiroga

Estudio, experimento y escribo, intentando siempre seguir este orden. Explorador del equilibrio entre el cuerpo físico, energético y espiritual, con años de experiencia en terapias tradicionales. Practicante de artes marciales y técnicas de meditación asiáticas, encuentro en la naturaleza y la montaña mi refugio e inspiración.

 

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